El recuento...

En cada momento de mi vida he tratado de seguir la razón. Me había funcionado maravillosamente hasta que te conocí. Era tan fácil ver que yo te anhelaba pero tu cejes voluntaria o involuntaria no te permitía percibir lo obvio. Fue así que tome la decisión de confesártelo todo, con cierta incertidumbre claro, use un “me interesas” en vez de un “te quiero o me gustas” un “hay que pensarlo” en vez de un “yo ya lo pensé y mi respuesta es sí”, y por supuesto, tu ser le dio aún más emoción al momento, con tantas expresiones tan tuyas fui descifrando el mensaje que después me comunicarías con palabras. No fue el deseado, lo confieso, pero pudo haber sido peor.
Después comenzó la verdadera aventura. Yo me fui enamorando cada día más de ti, sin saber porque o cómo, sólo sé que pasó. Fue difícil comprenderlo, como sabes, mi lógica no concordaba con el resto de las sensaciones de mi cuerpo, esas maripositas en el estomago, esa lengua trabada, ese pulso inestable, esos sueños tan incongruentes, pero siempre tu como protagonista. Lo más interesante fue aceptarlo, todos mis amigos cercanos sabían la verdad, me la repetían en cada oportunidad y cuando lo acepté fue…bueno tú lo sabes.
La experiencia de andar contigo…si, esa experiencia. Que puedo expresar en esta carta al respecto. Es inolvidable, sigue siendo increíble, sigue siendo un lindo recuerdo. No fue ideal, hay que aceptarlo, no se acerca en lo más mínimo a una utopía, pero no me arrepiento de haberme compartido contigo. Hubo muchos obstáculos, de mi parte por supuesto, el miedo me invadió más allá de lo que tenía impregnado el amor, el titubeo de tener exclusividad de tu cariño (bueno un sentimiento más profundo que cariño, pero eso es algo que ya es tu conocimiento previo) y otros pretextos que no vale la pena mencionarlos. El enojo que nos provocaron mis emociones casi nos hace perder lo que tanto habíamos logrado como amigos (aunque a veces no estoy segura de que esa siempre haya sido la intensión).
El presente puede resultar más confuso o más claro. El hablar nos ha funcionado, yo por fin te confesé él porqué mi distancia y mis actitudes tan extrañas en el pasado. Espero siempre exista la amistad que tanto me gusta contigo. Ahora trataré de tomar las decisiones correctas, me resulta aún más fácil ya que ciertos sentimientos han sido superados (nunca olvidados). Sólo quiero expresar cuanto te quiero, que eres parte importante de mi vida, que eres más allá de sólo un recuerdo, eres…no sé como más escribirte(raro en mi, quedarme sin palabras, siempre tuve algo que decir). Te deseo toda la felicidad que puedas tener y más.