Seguramente es la carta más difícil que he escrito de mi vida. Distintas razones complican mi sentir y es que el estar separada de ti me duele tanto que no puedo aguantarlo. Tu recuerdo me persigue, la luna me arrulla con tu canto, el viento me alimenta con tu aroma, el sol me calienta con tus brazos, el agua sacia mi sed con tus labios. Intento luchar contra los adversarios y enemigos a nuestra relación, pero no puedo. No quiero que sea una carta de despedida, no quiero que pienses que no te amo, todo lo contrario, es una carta de amor y te amo más de lo que las palabras puedan expresar.

A pesar de nuestro amor, hay muchas situaciones intermedias. No me atrevo a mentirles una vez más, y cada nuevo enfrentamiento para defender lo nuestro es más desgastante que el anterior. Después de cada riña, reflexiono sobre cómo solucionar el dilema y hoy he decidido que lo mejor es tiempo. De ti necesito más que tu comprensión, necesito tu paciencia. El no verte me carcome todos los días, no besarte saca mis labios y mi alma, el no tocarte agrieta mi piel, pero seré fuerte. Seré fuerte porque creo que un día nos veremos de nuevo y nuestras almas se reconocerán y nuestras miradas se cruzaran y nuestro tacto se unirá y lo nuestro… bueno eso será…

No tengo más que ofrecerte mas que mi amistad, seguir nuestros caminos, lograr nuestras metas y tener fe. No fe en un ser superior, no fe en el destino, fe en nosotros. Fe en que nuestro amor es tan grande que nos puede unir una vez más. Siempre y cuando así lo decidas tú también. Mientras tanto y no me odies por esto, no te podré ver. Mi energía, pasión y razonamiento antes entregados a ti tienen una nueva misión…

TE AMO, más de lo que pueda decir, escribir, imaginar, concebir… pero ahora sólo me quede dejarte ir en cada suspiro, esperando te desprendas de mi alma.